Aquí hay 8 preguntas que exploran este paralelo entre la visión científica de Prigogine y el papel del periodismo independiente en los desafíos democráticos contemporáneos:
Durante los 27 años de existencia de el Periódico, usted mantuvo un periodismo independiente a pesar de la creciente presión. ¿Cómo logró crear y mantener lo que podría verse como una “isla de coherencia” dentro del ambiente mediático cada vez más hostil de Guatemala?
En los primeros tiempos de mi práctica periodística los cuellos de botella del país eran la excesiva fragmentación social (millares de “islas” sin “puentes” entre sí y sin comunicación interna) y una crisis generalizada de confianza: nadie creía en nadie. Cada sector culpaba a los otros sectores de lo que conocimos como la década pérdida, no obstante duró más de 25 años. El Ejército que representaba el poder omnímodo responsabilizaba de la crisis a la Iglesia Católica, al Sector Privado, las universidades y a los sindicatos. De la misma manera, cada sector culpaba a los otros actores de la severa crisis prevaleciente, que entre otras características distintivas incluían la guerra interna, la inestabilidad financiera y cambiaría, el estancamiento económico, la marginación, la miseria y un racismo atroz. Todo esto, en un contexto en el que las auténticas afinidades morales, políticas e intectuales de las élites estaban con la intolerancia, el monólogo, el autoritarismo, el mercantilismo, los privilegios, el corporativismo político, los monopolios políticos y económicos, la opacidad, la impunidad, la polarización y los extremismos ideólogicos.
Desde el primer día con sus contenidos el diario mostró su compromiso y sus convicciones con la libertad, la tolerancia, el debate público plural, el respeto al Estado de Derecho y los derechos humanos, en contra del racismo, la marginación y la miseria, en favor del surgimiento de una sociedad irreverente, menos dispuesta y expuesta a aceptar los abusos del poder público, en favor de la profundización de una genuína democracia de corte occidental, en contra de la epidemia de impunidad que aún es un azote en Guatemala.
Hubo años de progresos triunfales pero también tuvieron lugar regresiones y retrocesos ominosos. Para los lectores representamos aires y tiempos frescos, sobre todo que en Guatemala era posible expresar la verdad con énfasis crítico, poner a la vista lo escondido, realizar investigaciones rigurosas y profundas, el debate público plural y que se podía desafiar el “status quo” aceptando los altos niveles de riesgos profesionales inherentes. También representamos para nuestros lectores/ciudadanos un medio/interlocutor identificado con sus preocupaciones, aspiraciones, demandas, exigencias y sueños. Desde otra perspectiva, el medio de comunicación logró desarrollar un fuerte sentimiento de identidad con sus lectores/ciudadanos: una “isla de coherencia”, en base a una práctica periodística independiente, pero también en base a luchas, logros y causas comunes como la libertad, la democracia, la educación la transparencia en medio de la inestabilidad, la guerra, la corrupción desenfrenada, los extremismos ideólogicos y el autoritarismo abusivo que prevalecía.
En paralelo, desde los inicios del diario se identifico lideres destacados de la sociedad civil, intelectuales de la guerrilla y militares reformistas y no solo se les abrió espacios en el diario, se les entrego 150 páginas anuales para que la administraran y distribuyeran a su mejor criterio para que manifestaran públicamente su posición en cada coyuntura, como espacio gratuíto cedido para sus publicaciones de coyuntura. Se les invitaba a un almuerzo mensual donde siempre había un expositor de temas de trascendencia y trimestralmente tenían lugar seminarios cortos con reconocidos expertos regionales en diferentes materias: energía, política fiscal, política monetaria, cambiaría y crediticia, políticas para mitigar la pobreza, objetivos y estrategias nacionales, paquetes de políticas públicas, escenarios económicos, políticos, sociales y militares.
Este grupo logro un alto nivel de cohesión, identidad y coherencia e incluso en momentos críticos llego a tener más peso que el propio congreso de la República, jugo un papel clave en la reversión del golpe de Estado del ex presidente Jorge Serrano, conocido como el “Serranazo”, que por cierto sí tenía éxito, de inmediato habría tenido lugar el “Callejazo” en Honduras y el “Cristianazo” en el Salvador. Los ex presidentes del “cono norte” de centroamérica soñaron con seguir los pasos de Fujimori en Perú, pacto que establecieron en las ruinas de Copán, Honduras, días antes del golpe de Estado fallido en Guatemala en 1992. Durante los 8 días que duró el intento de golpe el grupo informal que acompañaba al diario se auto bautizó como la Instancia Nacional de Consenso y fue la responsable de escoger a Ramiro de León Carpio y a Don Arturo Hebruger como Presidente y Vicepresidente de transcición, para que terminaran el gobierno de Serrano Elías. Es decir, en un momento de colapso caótico de la democracia, una alianza de grupos pequeños y organizados, una “isla de coherencia” como la llamaría Prigogine, contribuyó de manera clave a mantener y preservar el sistema democrático.
El concepto de Prigogine sugiere que los sistemas pequeños y organizados pueden surgir y persistir dentro del caos más amplio. ¿Cómo ve el funcionamiento de los medios independientes como el Periódico como estas “islas de coherencia” en países que experimentan retroceso democrático?
Desempeñan un papel fundamental en sistemas caóticos al actuar como agentes organizadores y catalizadores dentro del ecosistema social y político. En Guatemala la sociedad estaba fragmentado y dividida, en medio de una crisis de confianza inter e intra sectorial, que carecían de comunicación y de una agenda compartida. Estos medios no solo conectan esas islas, sino que también identifican desafíos comunes y los ponen en el centro del debate público plural.
Podemos entender al periodismo independiente como parte integral del ecosistema de “islas de coherencia” que describe Prigogine. Sin embargo, su rol va más allá de la simple narración de los hechos y las opiniones de expertos en los diferentes temas y problemas; actúan como puentes que facilitan la colaboración y discución entre los diferentes actores y grupos sociales, movilizan a la sociedad y generan un sentido de propósito colectivo en momentos críticos. Estas “islas de coherencia” no solo pueden llegar a articular una alianza sólida (redes de resistencia) sino desarrollar una agenda común e incluso conducir la energía nacional en coyunturas caracterizadas por caos generalizado y por el retroceso democrático.
Su persecución y encarcelamiento coincidieron con tendencias regionales más amplias de erosión democrática. Desde su perspectiva, ¿qué señales de advertencia sutiles deberían vigilar los periodistas y ciudadanos que podrían indicar que una democracia está comenzando a desmoronarse?
- Erosión del poder judicial: La instrumentalización de la justicia para silenciar voces críticas mediante casos espurios, persecuciones políticas y forzando el exilio de jueces y operadores de justicia, periodistas y activistas.
- Intolerancia e imposición progresiva de una cultura donde sólo existe el monólogo.
- Cooptación de los poderes del Estado: Una alianza entre células criminales y actores políticos y sectores del sector privado que buscan a cualquier costó preservar el poder, eliminando cualquier amenaza a su estabilidad.
- Manipulación del proceso electoral: En 2023, el sistema intentó eliminar candidatos que representaban una amenaza al status quo, abriendo una brecha que permitió la recuperación parcial del poder ejecutivo, pero dejando un futuro incierto para la resistencia democrática.
- El sistema no puede combatir el narco, la corrupción y la impunidad porque el narco, la corrupción y la impunidad son el sistema.
Señales de advertencia sutiles que periodistas y ciudadanos deben vigilar:
- Judicialización selectiva: Procesos legales utilizados contra opositores o voces disidentes del régimen.
- Desinformación organizada: Narrativas diseñadas para deslegitimar a voces independientes o desacreditar elecciones por los grandes monopolios políticos, económicos y empresariales.
- Ataques a la libertad de prensa: Desde persecuciones judiciales y fiscales, boicot financieros, campañas de desprestigio contra periodistas y medios independientes, tentativas de asesinato, exilios, cárcel, cierre arbitrario y virolento de medios de comunicación.
- Fragmentación social: Fomentar divisiones para debilitar movimientos ciudadanos y dificultar la construcción de consensos.
- Cooptación de instituciones: Nombramientos estratégicos en órganos clave (tribunales, fiscalías, entes reguladores) que responden a intereses particulares y no al bien común.
Frente a estas señales y realidades concretas resistencia democrática requiere puentes entre sectores y grupos sociales, políticos e institucionales, que en alianza se transformen en genuínas “islas de coherencia” que contengan los daños y la erosión de la libertad y la democracia y promuevan la transparencia, el estado de derecho y la inclusión. Los grupos de la sociedad civil, los buenos burócratas y los periodistas comprometidos son cruciales para identificar estas señales a tiempo y actuar antes de que sea demasiado tarde.
El Periódico logró construir una comunidad de lectores que valoraban la verdad y la transparencia. ¿Qué tan crucial es esta relación entre los medios independientes y los ciudadanos comprometidos para mantener “islas” democráticas cuando el sistema más amplio tiende hacia el autoritarismo?
La historia de elPeriódico demuestra que la credibilidad de los medios independientes y sus lectores y con la sociedad en su conjunto, incluyendo a los ciudadanos que no suelen ser lectores del medio permiten mantener y preservar “islas de coherencia” democráticas en contextos inestables y caóticos con tendencia hacia el autoritarismo. A través de investigaciones rigurosas y profundas, logramos movilizar a la ciudadanía para exigir la renuncia del presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti y judicializar muchas de nuestras investigaciones. Mantener y preservar la credibilidad y confianza de nuestros lectores y no lectores fue esencial para impulsar este tipo de cambios.
Conceptos como democracia, libertad y Estado de Derecho son abstractos y a menudo no se experimentan en el día a día. Es necesario traducir estos valores en retos cotidianos de las personas, mostrando cómo la ausencia de estos valores y principios afecta al ciudadano común. En 2023, la ciudadanía defendió estos principios, pero es fundamental aterrizarlos en resultados tangibles: en mejoras concretas en educación, seguridad y salud: la búsqueda de estos logros concretos facilita el surgimiento de “islas de Cohesión”: la democracia debe hacerse palpable para todos. ElPeriódico logró aumentar el 1.5% del PIB la asignación en el presupuesto del Estado destinado a educación con el apoyo de 45 organizaciones de la sociedad civil y alrededor de 200 mil ciudadanos, con sus firmas, su número de identificación y su número de empadronamiento electoral.
El trabajo de Prigogine sugiere que incluso los sistemas estables pequeños pueden influir en los sistemas caóticos más grandes. Mirando hacia atrás: ¿puede identificar momentos en los que su periodismo creó efectos dominó que desafiaron o cambiaron la corrupción sistémica más amplia?
Se revirtió intentos de golpes de Estado; se forzó la renuncia de todos los diputados y magistrados de la Corte Suprema en pleno; se logró una reforma Constitucional que terminó con el financiamiento inorganico y sin respaldo al Estado; se aumento de manera importante la asignación de recursos al rubro de educación en el presupuesto del Estado, su logró que varios presidentes de la república, ministros de Estado y altos funcionarios enfrentaran la justicia; se logró que el planeta se diera cuenta que en Guatemala prevalece una dictadura fascista multipartidista, que cada 4 años elige un presidente ladrón, un clepto presidente, con una cara nueva y con un partido político nuevo también, para refrescar el sistema. Sin embargo, la narco clepto dictadura perdió su disfraz marca “Chanel”.
Estos logros no solo desafiaron estructuras corruptas: también abrieron rutas para fortalecer la democracia en Guatemala. En 2015, con la salida de Otto Pérez Molina, se vivió una “ventana de oportunidad” que hizo evidente el poder de la movilización ciudadana informada por el periodismo independiente. Sin embargo, como ocurre en sistemas caóticos, los procesos son cíclicos. Los grupos antidemocráticos y el crimen organizado han demostrado una gran capacidad de sobrevivencia, de adaptación constante y de retomar el control y el ejercicio del poder.
En 2023, después de uno de los momentos más represivos del régimen autoritario disfrazado de democracia en el país, Guatemala se encuentra nuevamente frente a una “ventana de oportunidad”. Este momento pone de relieve la importancia del periodismo como un catalizador de cambio y como facilitados del surgimiento de una o varias “islas de coherencia” que podrían influir en erosionar el sistemas inestable y caótico dominante. No obstante, los ciclos de retroceso, ha quedado demostrado que los sistemas pequeños y organizados, con facilitadores, catalizadores y agentes de cambio modestos y pequeños pero con espiritú incansable de lucha como elPeriódico, pueden generar transformaciones significativas en la lucha contra la corrupción y la impunidad sistémica.
Su experiencia sugiere que el retroceso democrático a menudo ataca primero a los medios independientes. Basándose en este patrón, ¿qué estrategias recomendaría a las emergentes “islas de coherencia” – ya sean medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil o grupos ciudadanos – para construir resiliencia contra la presión autoritaria?
Mi captura el 29 de julio de 2022 puso en evidencia un patrón recurrente: el autoritarismo a menudo ataca primero a los medios independientes. Sin embargo, algo que nos sorprendió fue la respuesta inmediata y solidaria de la comunidad periodística, de los lectores, la ciudadanía y organizaciones de prensa y judiciales internacionales. Localmente varios medios se organizaron rápidamente para lanzar proyectos colaborativos que fortalecieran la resiliencia frente a la presión autoritaria. Un ejemplo destacado fue la iniciativa La Linterna, liderada por Agencia Ocote, en la que siete medios independientes guatemaltecos trabajaron juntos en un ejercicio de verificación de información para mitigar la desinformación durante las elecciones de 2023.
Este tipo de colaboración subraya una lección clave: el periodismo es un bien público esencial. Es la base sobre la cual la ciudadanía puede fiscalizar y exigir rendición de cuentas al poder y exigir resultados concretos a quienes lo ostentan. Las estrategias para “islas de coherencia” emergentes en medio de contextos caóticos, inestables, autocráticos, donde prevalecen los abusos de poder y el terrorismo de Estado serían las siguientes:
- Fomentar la colaboración entre actores independientes: Proyectos conjuntos, como La Linterna, demuestran que la unión de esfuerzos amplifica el impacto de las iniciativas y refuerza la capacidad de resistencia frente a ataques autoritarios.
- Construir vínculos sólidos con la ciudadanía: Es fundamental que las audiencias no solo consuman información, sino que también participen activamente en los procesos de fiscalización activa. Involucrar a los ciudadanos en iniciativas de transparencia fortalece la legitimidad y el alcance de los medios independientes.
- Diversificar los recursos y las plataformas: Dependencia de una única fuente de financiamiento o de un canal de difusión aumenta la vulnerabilidad. Las “islas de coherencia” deben buscar sostenibilidad financiera mediante alianzas, rondas de financiamiento locales e internacionales innovadoras y diversificadas, y el uso de tecnologías que garanticen su permanencia y alcance.
- Responder con más y mejor periodismo: Los ataques autoritarios al periodismo deben enfrentarse con un compromiso aún mayor hacia la verdad, la investigación rigurosa y la transparencia. Esto no solo refuerza la credibilidad, sino que también demuestra la capacidad de las instituciones independientes para resistir presiones externas.
- Establecer objetivos concretos y tangibles: Las “islas de coherencia” necesitan definir metas claras que conecten con los problemas cotidianos de la ciudadanía, traduciendo valores abstractos como democracia y libertad en resultados palpables que mejoren la vida de las personas.
En esencia, la clave para construir resiliencia frente a la presión autoritaria radica en fortalecer los lazos entre medios independientes, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos. Juntos, pueden formar “islas de coherencia” más sólidas, con un impacto que trascienda los ataques, violencia y arbitrariedades del autoritarismo.
Partiendo tanto de su experiencia personal como de las ideas de Prigogine sobre el orden que emerge del caos, ¿cómo visualiza el papel de los periodistas en la diáspora y los medios cerrados en el mantenimiento o recreación de estas “islas de coherencia” desde el exilio?
Alrededor de 100 operadores de justicia, periodistas y activistas guatemalteco están viviendo en el exilio. Este fenómeno no es exclusivo de Guatemala: ejemplos similares se observan en otros contextos de retroceso democrático. En El Salvador, El Faro se vio obligado a establecer la primera sala de redacción en el exilio, mientras que en Nicaragua, medios como La Prensa y Confidencial continúan su labor investigativa desde fuera de sus fronteras, apoyándose en fuentes internas que asumen grandes riesgos para proveer información sobre lo que ocurre dentro del país.
El papel de los periodistas en la diáspora y los medios independientes es fundamental para la creación y el mantenimiento de estas “islas de coherencia” en contextos autoritarios. A pesar de las dificultades del exilio, estos medios actúan como un mecanismo esencial de fiscalización, al mantener informada a la comunidad internacional y local de las violaciones de los derechos humanos y los abusos de poder no pasen desapercibidos.
En mi caso personal, el acompañamiento, el apoyo, la solidaridad, el reconocimiento y la cobertura internacional ha jugado un papel clave y crucial. Gracias a la constante de las organizaciones de prensa independiente y los medios de comunicación independiente, el mundo pudo documentar y exponer los atropellos que enfrenté, desnudando a la narcocleptodictadura que, en Guatemala, se reinventa cada cuatro años. Esta visibilidad global no solo me permitió recuperar mi libertad, sino que también hizo evidente el alcance del deterioro democrático en el país.
El trabajo de los periodistas en el exilio no solo mantiene viva la información y la verdad; también es un puente que conecta a las diásporas con sus países de origen y un recordatorio de que la resistencia es posible incluso desde fuera. Estos medios deben seguir fortaleciendo sus redes de colaboración, apoyándose mutuamente y desarrollando estrategias que amplifiquen su impacto, asegurando que las “islas de coherencia” persistan y crezcan en medio de la adversidad.
En esencia, los periodistas en el exilio son faros que iluminan las realidades más oscuras, garantizando que la lucha por la democracia y los derechos humanos trascienda fronteras y continúe resonando a nivel global.
Dado su entendimiento de cómo pueden deteriorarse los sistemas democráticos, ¿qué le da esperanza sobre la posibilidad de que surjan nuevas “islas de coherencia” incluso en entornos aparentemente hostiles, y qué condiciones cree que hacen más probable su surgimiento?
Durante 2022 y 2023, el panorama en Guatemala era profundamente desolador. De cara a las elecciones de 2023, todos los analistas predecían que uno de tres candidatos del status quo consolidaría lo que algunos llamaron “la dictadura perfecta.” Desde la cárcel, llegué a pensar que mi futuro estaba sellado. Cuando elPeriódico cerró, sentí que todo estaba perdido. Sin embargo, un evento en particular me devolvió la esperanza. En una audiencia, la fiscal que llevaba mi caso presentó miles de artículos impresos de medios independientes de Guatemala, acusándolos de ser parte de una “organización criminal” simplemente por cubrir mi caso. En ese momento me di cuenta de que el periodismo seguía vivo, irreverente y luchando. Había personas y grupos, verdaderas “islas de coherencia,” resistiendo, luchando y diciendo “No” al poder establecido. Fue un recordatorio de que la libertad no es concepto filosófico, se vive, y ejerce; se conquista día a día, incluso en los entornos más hostiles.
Este contexto de regresión autoritaria también ha generado una reacción contraria. Como establece la tercera ley de Newton: “Para cada acción hay una reacción igual y en sentido opuesto.” Mientras más se ha intentado silenciar voces, más personas se han sentido llamadas a alzar las suyas. Esto representa una ventana de esperanza sobre la posibilidad de que surjan nuevas “islas de coherencia” incluso en los momentos más oscuros.
Para que estas “islas” puedan emerger y consolidarse, son necesarias ciertas condiciones clave:
- Objetivos concretos y tangibles: En medio del caos, las personas necesitan visualizar metas claras y alcanzables que conecten con su vida cotidiana. La lucha por valores abstractos como democracia y libertad debe aterrizarse en logros prácticos, como mejoras en educación, salud o seguridad.
- Colaboración y redes de apoyo: Las islas de coherencia no pueden sobrevivir aisladas. Necesitan conectarse entre sí, creando alianzas que fortalezcan su impacto colectivo y permitan compartir recursos y estrategias.
- Espacios para la resistencia activa: Aunque las condiciones sean adversas, siempre hay formas de resistir. Medios independientes, organizaciones de la sociedad civil y grupos ciudadanos pueden actuar como faros, manteniendo viva la verdad y mostrando caminos para la acción.
- Movilización de la ciudadanía: La participación activa de las personas es crucial. Cuando más ciudadanos se involucran, ya sea informándose, organizándose o actuando, más difícil es para los sistemas autoritarios imponer su voluntad sin enfrentar resistencia.
A pesar de los tiempos de nubarrones, he visto cómo las acciones individuales y colectivas pueden generar cambios significativos. Guatemala es un ejemplo de que, incluso en entornos francamente hostiles, dominados por el narco, la corrupción y la impunidad, siempre existe la posibilidad de reconstruir, resistir y avanzar hacia un futuro más libre, justo y democrático.